Ya estamos en octubre. Sí, lo sé, hace ya dos semanas que empezó el mes… pero no he podido pasar por aquí antes y no quería dejar de escribir este post, que para mí es el final de una etapa.
Hoy hace un mes que tuvimos una hija preciosa y pocos días después (el 1 de octubre) se ha cumplido un año desde que nuestro pequeño Pep se fue al Cielo. Así que para nosotros este mes de octubre es especial. Porque después de tantos meses de duelo (aunque hemos vivido este año con toda la ilusión que hemos podido, procurando no dejarnos llevar por la tristeza, no han dejado de ser unos meses de adaptación y asimilación tras la muerte de nuestro hijo) finalmente siento que estamos «curados», que hemos pasado página, hemos cerrado esta etapa tan importante en nuestras vidas.
El nacimiento de Alegría ha sido el broche final de esta etapa de «curación» que teníamos que pasar para poder seguir adelante. Estoy disfrutando de volver a tener cada día un bebé en brazos. Tengo que confesar que durante el embarazo tenía mis dudas de si me iba a costar esta nueva situación. Creía que me dolería recordar todo lo vivido con Pep. Pero ha sido todo lo contrario. Ha sido el momento perfecto para cerrar este capítulo de nuestras vidas y empezar a escribir uno nuevo. Como si todo este tiempo hubiéramos estado «en pausa» y ahora por fin empezamos a movernos otra vez hacia delante.
Si algo hemos aprendido de esta experiencia es que, aunque las cosas no siempre salen como planeas (eso lo hemos experimentado todos alguna vez) y a veces cuesta asimilarlo, siempre se puede encontrar un final feliz. Lo importante es no quedarse estancados y disfrutar de las cosas buenas que nos pasan (que siempre las hay).
Nosotros lo seguiremos haciendo! 🙂