Consejos para embarazadas (I): molestias del embarazo

Ahora que se acerca el final de mi tercer embarazo y he vivido tantas cosas distintas con cada uno, creo que puedo permitirme dar algunos consejos que a mí me han ayudado y creo que te pueden servir.

Se me han ocurrido muchas cosas así que he pensado dividirlo en varias entradas y organizarlo un poco por temas.

En este post os hablaré de mis trucos para controlar algunas de las molestias típicas que he tenido. Espero que te gusten!Mama y nani embarazo

1. Náuseas

He tenido muchas náuseas con los tres, aunque de forma distinta con cada uno. Con el primero pasé el primer trimestre en pleno verano y puedo deciros que eso no ayuda mucho: el calor, los olores fuertes, las pocas ganas de comer que uno tiene cuando hace mucho calor… Son cosas que no ayudan precisamente.

También puede decir que con la niña he notado las nauseas más fuertes, dicen que es típico de las niñas.

Hay medicación que te puede recomendar tu ginecólogo/a o matrona y te puede ayudar mucho o al menos algo. En general a mí me ha ido bien para hacerlo más llevadero, pero hay gente que no le funciona. También hay remedios naturales, como el gengibre, que a otras les va mejor. Prueba a ver si tienes suerte 😉

A parte de eso, en mi experiencia, lo más importante es comer poquito y a menudo, aunque no tengas ganas. Tener el estómago vacío es muy contraproducente, seguro que ya lo habrás leído.

Te recomiendo no tirar la toalla y buscar algo que te siente bien, aún en los momentos más difíciles: es cuestión de probar diferentes cosas y ver qué es lo que te sienta mejor, aunque no siempre sea lo que tienes más ganas de entrada. Yo, por ejemplo, soy muy de desayunar dulces y sobretodo chocolate, pero en los embarazos lo que me ha ido mejor siempre es lo salado. Me he acostumbrado a comer un bocadillo salado y me sentaba mucho mejor que el dulce.

Es cuestión de encontrar lo que te va bien a ti. Normalmente las comidas con olor muy fuerte no ayudan mucho, y en mi caso las cosas ‘secas’ tipo galletitas saladas o tostadas siempre me iban muy bien para picar entre horas. Ánimo con la búsqueda! 😉

2. Dolores de espalda, ciática, etc.

En este caso, mi primer consejo es que más vale prevenir que curar, es decir que no esperes a tener estas molestias para ejercitarte un poco.

A mí lo que me ha salvado en todos los embarazos cuando he tenido estas molestias ha sido hacer estiramientos de la zona en cuestión y cuando he podido también un poco de gimnasia o yoga para embarazadas.

Si no tienes oportunidad de acudir a una clase, siempre puedes buscar algún DVD explicativo, por ejemplo en tu biblioteca más cercana. Yo lo hice con el primer embarazo y encontré muchas opciones, seguro que encuentras algo que te vaya bien.

Si aún así no sabes por dónde empezar, aquí te dejo el ejercicio de 5 minutos que hago todas las noches en la cama y me está aliviando mucho en este embarazo (que empecé a tener ciática muy pronto). Te aseguro que es mano de santo!

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Consiste en doblar una pierna por encima de la otra y aguantar con las manos la pierna de debajo como en la foto. Estiras 1 minuto y cambiar de pierna. Yo lo repito 2 veces y sólo con eso me alivia mucho y me levanto muy bien.
3.  Problemas para dormir

A medida que te crece la barriga es más dicil encontrar una buena postura para dormir, sobretodo si estabas acostumbrada a dormir boca abajo.

Con el primero recuerdo que fue una de las cosas que más me costó de solucionar, pero al final le pillé el truco.

Aunque al principio puedes dormir boca arriba, a la larga no es una solución porque cuando la barriga pesa mucho esta postura ya no te servirá. Además, normalmente no lo recomiendan porque aunque tú no notes mucho peso, tus vasos y nervios de cadera y piernas sí que notaran la diferencia y puede ser peligroso.

Así que toca dormir de lado. Mi solución para dormir cómoda es muy fácil: cojines!

Lo que mejor me funciona es dormir con un cojín entre las piernas y abrazar otro en el que apoyas también un poco la barriga. Venden unos cojines enormes específicos para esta postura que además luego se pueden usar como cojín de lactancia. Yo no lo tengo y uso cojines normales, pero es algo que siempre me ha parecido muy útil y creo que puede ser una buena compra. Si no lo tienes, la idea es imitarlo con varios cojines como hago yo y te aseguro que ayuda mucho.

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Y si te toca como a mí aguantar este calorazo por las noches, todavía no puedo darte muchos consejos porque estoy un poco desesperada jajaja

Una ducha fresquita antes de dormir, ventilador y paciencia 😉

Me gusta leer vuestros comentarios!